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Carta en una Playa sin Nombre

Maldito sea el momento en el que pensé en venir a este lugar alejado de cualquier salvación…

Escribo estas palabras en lo que considero mis posibles últimos momentos de lucidez. Quisiera creer que la Luz me ha abandonado, pero conociendo la existencia de los horrores que he visto, la presencia de la Luz y su esperanza sólo serían un macabro intento de desconocer la antigua verdad de nuestro destino. Una burla hacia nuestra existencia, orquestado por esa maldita brújula.

Todo comenzó hace… ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses? Mi mente no consigue vislumbrar el tiempo en el que este tormento me ha acompañado.

Era un aventurero, como muchos otros antes que yo, dispuesto a explorar el mundo y hacerme con todos los tesoros y riquezas que pudiera imaginar. A más de uno le resultará familiar. Mis viajes me llevaron desde a prados verdes poblados por los seres más bellos en las Colinas Pardas, hasta templos malditos en las secas y olvidadas arenas de Uldum. Cada lugar esconde peligros, pero jamás imaginé lo que encontraría en esta playa maldita.

Cuando llegué al Valle de Canto Tormenta me imaginé que terminaría teniendo unas semanas de descanso en aquellas granjas de Brennadan, y así fue al principio. La gente era tranquila y agradable. Hablando con nativos, me contaron sobre los tortolianos, criaturas con aspecto de tortuga que frecuentaban las costas intercambiando objetos antiguos e historias.

Por supuesto, me dirigí en seguida en busca de ellos.

No especificaron ninguna costa concreta, pero tampoco lo necesitaba. Mi espíritu aventurero me instó a explorar casi toda la región costera en su búsqueda, y más pronto que tarde, en una playa cuyo nombre desconocía, si es que siquiera tenía uno, me encontré con un pequeño grupo de estos.

Eran extraños, pero agradables, e intercambiamos bastantes historias. Sus enormes caparazones albergaban montones de pergaminos y objetos antiguos, aunque uno de ellos… no consigo recordar su nombre… tenía algo que, en aquel entonces, me llamó bastante la atención.

Mientras conversábamos, me percaté de una curiosa brújula que reposaba en su caparazón. Mis ojos se iban hacia ella en todo momento, como si fuera algo que desentonara demasiado con el resto de objetos, y a la vez, sentía que no debía preguntar por ella, ya que de hacerlo, podría delatar el interés desmedido que sentía por dicho objeto, convirtiéndome en, como dirían los goblins, un caramelo.

Debo de admitir que en mis viajes, frecuento el uso de artimañas que muchos podrían considerar poco éticas. En este caso, hice uso de estas habilidades y, en un descuido, me hice con aquella brújula. Luego, marché dejando al grupo de tortolianos en aquel lugar junto a los rayos del sol del crepúsculo.

Observé ese extraño objeto en busca de desvelar qué la hacía tan especial, pero cuando la tuve en mis manos, nada la distinguía de mi propia brújula personal por ejemplo.

Tenía detalles marinos, y cláramente perteneció a alguien de Kul Tiras, pero ya tenía una brújula de la región como recuerdo de aquella visita. Además, parecía estar imantada de una forma algo menos eficaz, ya que aunque su fría aguja apuntaba hacia el norte, era mucho más endeble y menos firme que la mía.

Por desgracia para mi y aunque en aquel momento aún no lo sabía, ya era demasiado tarde.

Cuando volví a la posada donde me hospedaba, no tardé en conciliar el sueño. Aún así, soñé con algo verdaderamente extraño.

Me encontraba en un vacío de oscuridad y soledad, y a lo lejos, el salino olor del mar comenzaba a llegar. Poco a poco escuchaba el goteo del agua en algún lugar, acercándose, sin prisa pero sin pausa. Era un incesante sonido que poco a poco se iba convirtiendo en un chapoteo, como si algo o alguien se fuera acercando desde algún lugar que no podía ver. Sentí como el peligro me acechaba y mi mano se dirigió rápidamente a donde suele colgar mi fiel cimitarra, pero antes de poder coger nada, algo me agarró y el estruendoso sonido de un rayo cayendo no muy lejos de mí terminó con ese angustioso sueño.

Aún sigo dudando de si ese rayo sonó en mi cabeza, o si realmente cayó fuera de la posada. A fin de cuentas, el valle de Canto Tormenta no se llama así en vano.

Al día siguiente no le di la importancia que merecía a ese sueño. Una mera pesadilla debido al exceso de comida salada, me imaginé.

Por supuesto, ese día comencé a notar cosas extrañas. Cuando salí a la Ciudad de Brennadan, me sentí como si alguien tratara de vigilarme. Pensé que podía deberse al robo de aquella brújula, pero nadie de esa ciudad podía haber sabido nada al respecto.

En un cruce de caminos, cuando me giré para ver qué había en una de las direcciones, recuerdo notar la presencia de alguien a mi lado, e incluso pisó corriendo un charco, el cual salpicó mis cuidadas botas. Cuando me giré entre sorprendido y enfadado para replicarle, no había nadie en aquella dirección. De hecho, miré en todas las direcciones y, por un momento, me percaté de que estaba completamente solo. No escuchaba ni a personas ni a animales. Solo y únicamente al mar.

Por algún motivo, sentí que debía de mirar la brújula, y mi presentimiento fue recompensado con algo muy revelador: La brújula había dejado de apuntar al Norte. ahora símplemente apuntaba a algo que… parecía moverse.

Me sentí intrigado por ese extraño cambio, y mi mente deseosa de encontrar algún tesoro oculto, quizás de alguno de esos sabiomar de los que tanto hablaban en aquella región, siguió donde la brújula apuntaba.

Durante el camino no paraba de mirar aquella aguja tratando de no desviarme ni un ápice de mi desconocido objetivo. El viaje, al principio emocionante, pronto se volvió tedioso, monótono y aburrido. Aún así, continué andando sin quitar la vista de la brújula.

Cada segundo que miraba esa cosa, más me obsesionaba con ella. Pensaba en los posibles secretos que podría ocultar. En cómo pudo haber llegado a las manos de un tortoliano. En si el propio tortoliano pudo haber reclamado ya esa recompensa que me pertenecía.

En algún punto de la ruta, mi mente divagó fuera de mi cuerpo. Quizás cayera exhausto por cansancio, o quizás me eché a descansar sin darme cuenta, pero antes de percatarme hacia dónde me estaba guiando aquella aguja imantada, me vi una vez más en aquella oscuridad eterna.

Cogí mi cimitarra apresuradamente, temiendo que llegara lo que la última vez intuí, pero esta vez algo cambió. El salino olor del mar se entremezcló con el pútrido olor de la carne podrida. Miré a mis pies y vi como estos estaban sumergidos en agua. El agua de una costa olvidada a la que probablemente nadie habría ido en demasiado tiempo.

Al menos, hasta ese momento, ya que ahora estaba yo allí, y conmigo, llegó alguien o quizás algo… más.

Me giré, cimitarra en mano, y me encontré cara a cara con algo que hizo que me diera un vuelco el corazón. Aún se me eriza el pelo al recordar esa imagen…

Frente a mi se encontraba mi anciano padre, fallecido muchos años atrás, con un aspecto deforme, pútrido, impío… Había visto no muertos antes, pero ninguno de ellos se parecía a la imagen que tenía frente a mi. Me miraba con unos ojos vacíos y habló con una boca que, si bien estaba, no parecía saber abrir, como si su piel no fuera más que un mero caparazón para algo terrible que ocultaba en su interior.

Sus palabras sonaron desde la lejanía. “Ven a nosotros” me dijo. “Serás nosotros”.

El sonido de sus palabras me provocó un gran dolor de cabeza, como si mis oídos no soportaran la existencia de esa voz. Grité dolorido mientras notaba como mi cabeza se humedecía con la sangre que brotaba de mis orejas.

Cerré los ojos desesperadamente, y tras unos eternos instantes, me encontré en lo que creía que era un lugar familiar.

Estaba de nuevo en aquella playa sin nombre donde robé la brújula a aquel tortoliano.

Pensé que el objeto albergaba algún tipo de maldición, por lo que busqué a aquel ser de nuevo en aquella costa, y tras encontrarlo, le rogué que aceptara de nuevo la brújula que le quité a traición.

A pesar de ello, el tortoliano se mostró confuso. Aseguraba que jamás había tenido una brújula, y menos encantada, y de hecho, me dijo que acababa de llegar a esa costa por primera vez. Por supuesto, nunca había hablado conmigo, y ninguno de sus compañeros parecía reconocerme.

Desesperado y dudando de lo que acababa de pasar, decidí tirar la brújula al mar y correr de vuelta a la posada.

Rayos cayeron durante el camino, atraídos junto a una gran lluvia. Cada destello eléctrico me recordaba a ese extraño sueño, y esa angustiosa visión. Solo quería llegar, secarme junto al fuego y descansar.

Por desgracia para mi, no todo iba a ser tan sencillo.

Al llegar a la taberna solo busqué normalidad. Hice lo que me propuse, secarme junto al fuego y pasar el rato escuchando conversaciones ajenas mientras miraba las danzas de las llamas en aquella antigua chimenea.

Alguien se sentó a mi lado, creo que me comentó que era un músico que trataba de inspirarse para sus nuevas obras viajando por el mundo. Realmente necesité esa charla. Hablamos durante horas, siempre evitando el tema de lo que me había pasado estos últimos días.

A altas horas de la noche, decidí que era buen momento para retirarme a mi habitación, por lo que me giré para pagar al posadero las bebidas que había tomado en aquella velada y despedirme de ese agradable viajero.

Me sentí aliviado por aquella conversación, por lo que me ofrecí para que el posadero apuntara en mi cuenta las bebidas que tomó el músico. La mirada extrañada del tabernero me hizo ver la realidad una vez más. Donde aquel músico había estado hablandome de sus viajes y sus aspiraciones apenas unos minutos atrás, solo había un espejo.

Ese músico estaba ahí, no fue mi imaginación, estoy completamente seguro y lo estaba en aquel entonces, pero no tenía forma de explicar lo que estaba pasando, así que símplemente cansado y algo alterado, traté de retirarme lo antes posible para descansar.

Aquel sueño se repitió una vez más. 

Cada vez que volvía a cerrar los ojos la costa estaba más detallada. Esta vez se veía claramente el agua. Era un mar oscuro como un abismo infinito. También estaba ese olor pútrido en el ambiente. La tierra tenía un color rojizo, como si la arena fuera sangre seca, palpitante y muerta pero viva al mismo tiempo, además en el horizonte, una estrella oscura, como un dios omnipresente que observaba desde la nada más de lo que siquiera podía concebir a imaginar. Tras la estrella, un destello morado mantenía el lugar en un oscuro ocaso crepuscular perpetuo.

Dentro de la Estrella pude ver una silueta. Se trataba de aquel músico, pero a la vez, no era nadie que conociera. Se mantenía levitando, sin ningún tipo de magia que jamás hubiera visto. Dijo mi nombre, y luego repitió lo que anteriormente me había dicho en el aspecto de mi fallecido padre. “Ven a nosotros. Serás nosotros”.

Sus palabras se metieron dentro de mi cabeza haciendo que la propia concepción de las mismas fueran una fuente de dolor. Sabía que esas palabras significaban algo más, pero mi mente no era capaz de entenderlas.

A lo lejos distinguí como la tierra se retorcía en una espiral sin forma. Sabía que pronto esa espiral estaría donde yo me encontraba. Era plenamente consciente de que debía de moverme, pero mi cuerpo estaba paralizado por aquellas palabras. 

Y volví a despertar con una gran ola golpeándome la cara.

Solo que ya no estaba en la posada. Estaba una vez más, en aquella Playa sin nombre. Busqué a los Tortolianos, pero ya se habían ido. ¿O quizás aún no habían llegado?

Mi mente me daba vueltas, y mi cuerpo empapado solo buscaba cobijo y calor.

Volví a la Posada, y todo estaba, una vez más, tal y como había estado antes, aunque el posadero no pareció reconocerme, al igual que le pasó a los tortolianos.

Me volví a sentar en aquella silla junto al espejo, y noté en mi bolsillo algo. Metí temblando mi mano en el bolsillo, esperando que mis temores no fueran ciertos, pero en aquel momento mi existencia solo era una broma macabra del destino. La brújula estaba una vez más conmigo.

No sé… cuántas veces se repitió. Cuánto tiempo aguanté. Los mensajes de ese ser que se esconde tras ese caparazón humanoide…

Finalmente creo que entiendo lo que debo hacer.

Escribo estas palabras en lo que considero mis últimos momentos de lucidez desde esta Playa maldita sin nombre. O puede que toda lucidez desapareciera en mí días atrás. 

Lo único que sé, es que tengo la brújula, y esa figura que se esconde dentro de un cuerpo humano está junto a mi. Junto a mi cuerpo. Voy con ellos. Soy ellos.

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Lalatei: Cargas

-Algo morado… Y con ruedas. O bueno… patas. Da igual, que se mueva.

El sonido de dos lápices siendo usados velozmente inundaba el interior de aquella apartada casa dentro de la gran montaña que era Forjaz.

Lalatei se encontraba tirada en la cama boca abajo, con un pijama simple para estar mas cómoda, mientras dibujaba en su cuaderno, como siempre solía hacer.

Normalmente estaría dibujando cualquier cosa que se le pasara por la cabeza, pero esa noche su mente la traicionaba haciendo que dibuje algo bastante concreto.

-Patas… ¿Con largas orejas, bigotes y un cuerpo peludo?

La voz de su hermana gemela la interrogó desde la mesa, al fondo de la habitación en la que se encontraban.

Estaba de espaldas escribiendo sobre unos planos, sentada en una silla que prácticamente parecía un trono.

Giró su cabeza para mirar a Lalatei con una sonrisa bastante cómplice. A pesar de ser gemelas, no eran mellizas, por lo que sus facciones distaban ligeramente entre ambas. Además, su hermana Sairisa solía estar constántemente tiñéndose el pelo y cambiando de extravagante peinado a algún otro más extraño. Ahora tenía un tono verde recogido en un largo moño que casi parecía ser un castillo.

-¿Qué pasa…? -Respondió Lalatei ante el gesto de su hermana. -Ya sabes como va esto, no busco ningun tipo de correlación, símplemente te digo cosas aleatorias…

-No paras de describirme conejitos ¿Algo de lo que quieras hablar?

Lalatei escuchó una risita tras el respaldo de la silla.

-¿Qué estás insinuando…?

Lalatei se incorporó en la cama mirando la silla de su hermana, y esta levantó un mando para que lo viera claramente, presionando un botón.

Tras eso, el roboconejo que había estado sirviendo a Lalatei en sus primeros días en el ejército apareció corriendo esperando órdenes.

-¡Eh! ¡Eso es de Raz, no puedes hacer uso de él así como así!

La silla de Sairisa se giró sobre sí misma para poder mirar directamente a Lalatei.

-Lala, sabes que sé cuando algo te obsesiona, y esto… te obsesiona… -El conejo soltó un pequeño gritito mecánico como a modo de respuesta.

-Claro que me obsesiona ¡Es mi responsabilidad! Raz me lo confió a mi y tengo que estar a la altura.

Durante unos momentos, la habitación quedó en un total silencio. Lalatei bajó la mirada como si se hubiera dado cuenta de que hubiera dicho algo que no debía, y Sairisa se quedó mirándola directamente, esperando algo más, hasta que terminó rompiendo el hielo.

-Otra vez la responsabilidad Lala… No fue tu responsabilidad. Ni tu culpa.


Años atrás, tras el incidente de Gnomeregan, muchos gnomos quedaron atrapados en la ciudad.

Algunos salieron a las horas. Otros, a las semanas. Lalatei, sus hermanos y un pequeño grupo se escondieron en uno de los domicilios de los niveles intermedios algo apartado. La comida era escasa, temían que en cualquier momento otra oleada de gas llegara por los conductos de aire limpio a domicilio y los matara en cualquier momento, o que los seguidores de Termochufe llegaran antes.

Lalatei llegó a ver los efectos directos de la radiación en alguien del grupo quien al poco tiempo comenzó a convertirse en una aberración de pústulas, pus y locura. La imagen de aquel pobre gnomo y su lenta y dolorosa transformación le impidió dormir muchos de los días que estuvieron allí atrapados.

Por suerte para ella y su hermana, Dari, su hermano mayor, llegó a contactar con su equipo de protectores de Gnomeregan antes de que se desmoronara todo, por lo que los pocos que estaban ahí tenían experiencia militar. A pesar de ello casi ninguno se podría llamar veterano a sí mismo. Al igual que Dari, todos apenas llevaban unos años en el ejército y no habían experimentado ninguna situación tan descontrolada como podría ser aquella.

Los días pasaban y el grupo cada vez se reducía más. Un ambiente de pesimismo se integraba en el grupo.

A pesar de que Dari y los suyos se encargaban de buscar comida y mantenerlas seguras, Lalatei vio como su hermana se decaía por completo hasta que el miedo la dominó.

Sairisa comenzaba a llorar sin previo aviso, temblaba y apenas respondía a lo que le decían. Incapaz de soportar ver más a su hermana en ese estado, Lalatei supo lo que debía hacer.

-Sisi… -Le comenzó a decir. -Sé que tienes miedo… sé que crees que no vamos a salir de aquí… Pero te prometo que lo haremos… Te protegeré y saldremos sanas y salvas. Mientras sigamos juntas, no nos vamos a rendir. No vamos a dejar que nadie nos venza ¿Vale?

Sairisa símplemente se abrazó a ella a modo de respuesta, y tras unos momentos, dejó de temblar, asintiendo.

Como si fuera una reacción a esas palabras, Dari apareció con algunos del grupo que habían salido.

-Hemos encontrado una salida. Un ascensor fuera de servicio. Podremos reactivarlo sin problemas y salir a la superficie.

Lalatei sonrió a su hermana y esta le devolvió la sonrisa, algo más segura de sí gracias a sus palabras.

El grupo no tardó en movilizarse mostrando una organización excelente. Dari encabezaba la marcha, mientras que ocho se distribuían simétricamente, dejando a las hermanas en el centro.

A medida que avanzaban, repelieron a Troggs y algún que otro gnomo paria enloquecido por la radiación.

Lalatei trataba en todo momento de evitar que su hermana viera las escenas de muerte que transcurrían a su alrededor, tratando de protegerla a toda costa, pero sus esfuerzos no podían evitar que escucharan las espadas-sierras rasgando la carne de sus enemigos.

-¡Allí está! -Dijo uno de los gnomos señalando al final del largo pasillo.

Lalatei y Sairisa miraron hacia donde señalaba y comenzaron a avanzar con más determinación.

Cuando finalmente llegaron, el grupo adoptó una posición defensiva en la zona mientras uno de los gnomos comenzó a trastear con la consola de mandos del ascensor.

A pesar de tener la salida al alcance de su mano, los troggs aún suponían una amenaza. Algún que otro trogg aparecía tratando de lanzarse sobre ellos, pero aún mantenían una férrea línea defensiva.

-Gracias Lala… -Dijo Sairisa cogiéndola de las manos, aún algo nerviosa. -No sé qué me había pasado… pensé que…

Lalatei la calló negando.

-Te dije que te protegería y te sacaría de aquí. Simplemente necesitabas saber que aún en los peores momentos… siempre hay esperanza…

Sairisa abrió la boca para decir algo, pero justo en ese momento un gran chispazo de la consola hizo que un estruendo comenzara a sonar.

Habían logrado activar el ascensor, pero este estaba en algún piso superior, y haciendo que su descenso fuera horrorosamente sonoro. Cualquiera habría pensado que las propias paredes estaban gritando de agonía.

-¡Preparaos para las oleadas de verdad! -Gritó Dari mientras hacía rugir su espada sierra.

El grupo observó el largo pasillo por el que habían llegado, con unas luces parpadeantes que apenas dejaban nada a la vista, mientras escuchaban el chirrido del metal que provocaba el descenso del ascensor. Solo que… no era solo del metal…

Lalatei abrió mucho los ojos al ver la gran cantidad de troggs que habían acudido ante el ruido, y comenzó a temblar, como si hubiera olvidado sus propias palabras.

Los troggs llegaron en tropel hacia la línea defensiva y los gnomos trataron de aguantar como pudieron, pero eran demasiados. Símplemente, demasiados.

De entre todos los troggs, vio como uno más grande que el resto agarraba a uno de los gnomos protectores y lo lanzaba por los aires hacia la marea invasora, haciendo que apenas en un segundo desapareciera bajo estos.

Luego siguió avanzando mientras las filas gnomicas se rompían.

Dari sacó su artillería pesada, la cual consistía en un rifle de repetición. Probáblemente se recalentaría muy pronto, pero servía para poder mantener al equipo más o menos a salvo mientras se reorganizaban.

Lalatei escuchaba los gritos de agonía de los miembros del grupo que iban cayendo por la marea trogg, sin apartar la vista de aquel monstruo más grande que el resto. Este, a su vez, pareció percatarse de ello, ya que le devolvió la mirada y comenzó a correr diréctamente en su dirección.

Su cuerpo se paralizó completamente y lejos de poder saltar, esquivar, rodar o hacer cualquier cosa, simplemente se quedó ahí parada, temblando.

Quiso cerrar los ojos pensando que iba a morir, pero ni siquiera eso quiso obedecer su cuerpo.

Durante un instante, el corazón de la gnoma se paró, viendo como el trogg pasaba a su lado, pero para su confusión, la ignoró por completo. En su lugar fue hacia algo mucho peor.

El grito de Sairisa hizo que Lalatei volviera en sí y girara su cabeza para observar con horror como el trogg había agarrado a su hermana y la mantenía en el aire.

El cuerpo de Lalatei temblaba sin saber qué hacer o cómo reaccionar. No sabía luchar, no tenía fuerza, no tenía armas, y lo único que veía era como su hermana estaba a punto de morir frente a ella.

Lejos de poder reaccionar, observó como el trogg golpeó contra el suelo a su hermana para luego patearla.

El ascensor llegó justo en el momento en el que el trogg había arrancado una tubería y se disponía a usarla.

La moribunda gnoma apenas pudo moverse cuando recibió el garrotazo.

-¡¡Sisi!!

Lalatei gritó con todas sus fuerzas sin poder aguantar sus lágrimas, y como si fuera algún tipo de respuesta inmediata, una ráfaga de disparos cayó sobre el trogg, haciéndolo prácticamente añicos.

Dari agarró la mano de Lalatei y tiró de esta hacia el ascensor, mientras ordenaba a dos de los gnomos que aún seguían vivos que cargaran a la moribunda Sairisa.

Mientras finalmente ascendían, Lalatei se quedó mirando a su hermana, la cual cláramente estaba al borde de la muerte.

Una imagen que difícilmente olvidaría.


Sairisa miró a su hermana y su silla comenzó a mover sus patas para acercarse.

-Lala… sabes que no fue tu culpa. Ni de Dari, ni de nadie.

Lalatei bajó la mirada entrelazándose los dedos de las manos.

-Pero… tú… yo te dije…

Sairisa suspiró y negó.

-Ya lo hemos hablado muchas veces Lala. No fue tu responsabilidad. No tienes que castigarte, y sobretodo ¡No tienes que dedicarme tu vida en compensación!

-No te dedico mi vida… -Replicó Lalatei tímidamente.

-¿Ah no? ¿Y cuándo fue la última vez que saliste a divertirte por ahí, sin que yo te lo haya ordenado explícitamente? ¿Cuándo quedaste con alguien? ¿Cuántas veces te han ofrecido ir a algún sitio con alguien y lo has rechazado porque “tenías que cuidar de tu indefensa hermana”? Por favor, la que no puede usar las piernas soy yo ¡No tú!

-Yo… bueno… ¿cómo sabes…?

Sairisa se pasó la mano por la cara mientras negaba, solo para responderle con un enérgico grito mientras comenzaba a moverse por toda la habitación casi dando saltos usando su silla.

-¡Porque eres un libro abierto para mi! Mírame, puedo andar, puedo saltar ¡Puedo bailar! -Eso último lo dijo mientras rotaba su silla mientras caminaba rápidamente. -Mejor que tú, además…

Lalatei no pudo evitar sonreír un poco al ver a su hermana así y asintió levemente.

-Supongo… que tienes razón…

-¡Claro que tengo razón! Siempre la tengo -Bromeó volviendo a su posición inicial delante de la mesa.

-Trataré de aprender a… bueno… ¿Hablar con la gente?

Su hermana soltó una risita alegre.

-Es un comienzo. Ah, ¡y te prohibo usarme de excusa para esfumarte!

Lalatei asintió volviendo a coger su cuaderno.

-Vale, muy bien… eh… ¿Seguimos…?

-Después de tí -Asintió cogiendo un lápiz de nuevo.

-Mmh…Con alas de plomo.

Publicado en Rol de Razas de Warcraft

#1 Directo ~ Cómo rolear un Trol (18/02/19)

Cómo rolear un trol

Tuvimos unos excelentes invitados en nuestro primer Directo a Kijara y a Jakkar. Quisimos empezar por una de las razas casi olvidadas antes de los Zandalari, pero al venir nuevo lore de los trols y la nueva raza aliada, no quise escatimar de empezar por una de las razas que apenas conocía su lore.

 

Fue una experiencia inolvidable. Resolvimos bastantes dudas siguientes:

  • ¿Qué tribus actualmente se conocen?
  • ¿Qué son los Loa y qué representan?
  • ¿Qué costumbres tienen?
  • ¿Qué clase de cultura tienen los trols?
  • Hemos hablado de los Dinománticos y qué son
  • Sobre los Chamanes en su cultura
  • Las castas de los Zandalari
  • Consejos de cómo rolear un trol

¡Espero que os guste! Un especial agradecimiento a Kijara y Jakkar por aceptar asistir al directo y darnos tanto lore de la raza trol de Warcraft. #AudioEnIvoox

 

 

Publicado en Guías de rol

[Guía] ¿Qué es el Metarrol y el Powerrol?

Errores comunes en el Rol

En la guía de “Cómo rolear (interpretar) un personaje” hemos matizado ciertas pautas para ayudarte a mejorar tu calidad interpretativa. Pero en este, aunque también tiene que ver con tu interpretación, señalaremos errores comunes o trampas que debemos evitar para que nuestro rol sea lo más honesto posible respetando las limitaciones de nuestros personajes. Por eso, en esta entrega vamos a conocer qué es el Metarrol (también conocido como metagaming) y el Powerrol. Dicho esto, pongámonos manos a la obra ¡comencemos!

¿Qué es Metarrol?

“Metarrol es cuando tú (sí, tú. ¡El que está detrás de la pantalla! Ò.ó) tienes conocimiento de cosas que ves en el juego, como los nombres de los otros jugadores on-line entre otras cosas (de las cuales hablaremos más tarde) y las das por sabidas a tu personaje para que gane ciertas ventajas que no podría tener dado que no las ha vivido, o se le añaden ventajas con objetos que no podría llevar encima tu personaje”

Lo más básico que tienes que saber de este error muy común es que tu personaje y tú sois dos personas distintas. Del mismo modo, el personaje por rol no es lo mismo que el personaje por jugabilidad. Es decir, tener mochilas con tropecientos espacios, llevar 400 monturas, o tener una variedad enorme de armas y armaduras, juguetes o mascotas, tanto como que tu personaje pueda utilizar todos los poderes de todas las especialidades de la clase, no es algo que vaya a tener tu personaje por rol.

También recalcaremos que tu personaje no puede saberse todo lo que hasta ahora has podido leer de todos los crónicas o todas las novelas y cómics de Warcraft o que ha viajado absolutamente por todo Azeroth sin dejar rincón por descubrir. Esto lo vamos a ir explicando, pero vamos a ser ordenados.

Demos ejemplos de errores comunes que se suele caer a estas situaciones:

Tu personaje no puede saber el nombre de quienes se encuentre por la calle per se. ¿Verdad que tú tampoco puedes saber los nombres de la gente que te encuentres en la calle? Pues tu personaje lo mismo. Debes ignorar por completo que quien rolee contigo tenga el nombre puesto en la cabeza. Deja que se presente cuando la ocasión lo requiera o si no, seguro que encuentra el modo de saberlo ;).

Tu personaje no puede saber todo lo que leas del TRP3. Existe un addon llamado Total RP3 Extended (disponible en en Twitch), en el que se puede ver las fichas de los personajes. Todos los que están en una comunidad de rol o los que rolean llevan este addon tan útil. Hay pestañas donde puedes ponerle una descripción detallada de tu personaje (ya haremos una guía correspondiente al addon ^^):

Carácter, psicología, descripción, fisionomía, alineamiento, historia del personaje, etc. Tienes un montón de cosas por rellenar en la ficha.

Esta información es para que el que esté detrás de la pantalla sepa más o menos qué tipo de personaje es el que tiene delante del tuyo/del suyo/ante él/ante sí. Céntrate sólo en la descripción que pueda ver tu personaje a simple vista, (descripción física, algún objeto visible, algún semblante que refleje).

Hay gente que usan mal el addon a pesar de que el mismo explique para qué sirve cada sección. Por ejemplo: en Información actual del addon ponen la historia de su personaje y descripciones y un largo etc, cuando ya tienen dentro del addon su correspondiente lugar, lo cual podría no ayudar mucho a quien rolee con ellos, porque les da a conocer cosas imposibles de saber por rol o descripciones que no se pueden ver, como por ejemplo: cicatrices que la ropa cubre, algún arma escondida en la bota o en el liguero del muslo -en el caso de mujeres peligrosas- etc.
Evita ponerlo cuando llegue el momento de crear tu ficha para ayudar también a los que empiezan como tú a no cometer este error. Hay que ser solidarios, porque como dije en la anterior guía, roleas en un entorno social.

Equipo del personaje: Si tienes un personaje que suele tener encima armas ocultas o un inventario escueto pero útil para determinadas situaciones que acostumbre el personaje no lo pongas tan alcanzable a la vista. El addon proporciona características para que puedas darle un inventario adecuado por rol o perfil del pj. Considero adecuado que se ponga lo que pudiera llevar encima para no haber malos entendidos o añadirse cosas ante según qué situación para salir airoso de forma gratuita. Lo importante es la honestidad con el personaje, en especial cuando se rolea casual.

¿Qué aconsejo para usar este addon? Esto es algo personal. Evidentemente, el addon está para que, por si quieres, puedas rellenar todos los datos del personaje, pero yo no lo aconsejo para nada. Leer las historias de personajes ajenos es como si te hicieras un spoiler de alguna película, que aunque sea off rol ya pierdas el interés, quizás hay cosas que leas que no te guste, o cosas que, de rolearlo, ya no infundirías la sorpresa adecuada a tu personaje al saber algo de la vida pasada de tu interlocutor. Por otro lado, habrá gente que utilice esa información para hacer trampas y dar por sabido a su personaje cosas que en esas circunstancias, no debería saber. Por eso, prefiero no mirar las fichas internas. Pero por favor, decide tú qué mejor uso darle al addon independientemente de lo que pueda aconsejarte en este párrafo.

Es posible que conozcas a más roleros y que a su vez, tengas amigos con quienes compartir aventuras dentro del rol. Sin embargo, tu colega tiene una idea para una trama y te comenta qué idea tiene. Pauta que no debes hacer: no lo des por sabido a tu personaje. Te lo comenta a ti, el que está detrás de la pantalla. Tu personaje no conoce al de tu compañero o las intenciones de tu compañero, ni sabe qué planes tiene, ni sabe que cosas oscuras se le ocurren. Por eso aconsejo que nunca deis por sabido estas cosas a nadie off rol. Se rompería algo que realmente nos gusta del rol: ¡vivir el momento!, pero si ocurre, trata de saber distinguir.

Hay susurros que son imposibles de que tu personaje lo pueda escuchar, en especial si está a distancia. Cuando alguien murmura o susurra, “desgraciadamente” los rangos de chat te permiten leerlo, pero se realista. Si alguien no está cerca de ti y está susurrando, no lo des por sabido. No está hablando contigo, está hablando con la persona que tiene a su lado y demasiado lejos como para que los oigas ¡Aunque estén hablando de tu personaje! Quizás sospeches que algo estén diciendo si es que están mirándote y lo ponen en una acción.

MUY IMPORTANTE PARA LOS SUSURRADORES: Utilizad la herramienta /w o /s para poder rolear el susurro si no se quiere que otras personas puedan enterarse, en especial si están cerca de vosotros. Que conste que un susurro no es sordo y por lo tanto se puede perfectamente escuchar si prestan atención a lo que dicen vuestro personaje, no os penséis que los susurros crean inmunidad si están al lado de vuestro personaje. No sería metarrol por la corta distancia. Incluso si es un personaje que sepa leer los labios, es preciso poner la acción conforme lo estén haciendo.

Si tu personaje no la ve, pero tú has leído una acción que no está frente a él, no des por sabido que tu personaje lo ha visto. Esto vuelve a ser un problema con los rangos de chat, pero hay que ser realistas. Si tú estás en el primer piso de una taberna y las acciones o diálogos no están frente a tu personaje, no los des por sabido. Puede ser que escuches ruidos arriba, quédate con lo que realmente podría escuchar tu personaje, o lo que pueda haber visto de verdad. De lo contrario harías trampas.

No añadas cosas a tu personaje solo porque en ese momento te convenga que las tenga. Pongámonos en situación para que comprendamos este punto: Imagínate que tu personaje se despierta de algún lugar donde lo hayan secuestrado. Está desarmado. Le han registrado, y efectivamente lo está. Pero cuando se encuentra en una situación en peligro, de repente, y milagrosamente, tu personaje tiene una daga metida en la bota. O estar desorientado en algún lugar de la selva de Tuercespina y de repente tu personaje tiene todos los mapas de Azeroth en el bolsillo. Vive las situaciones difíciles. Tu personaje no tiene por qué salir airoso de todo o tener siempre los métodos fáciles. Pierde la magia del rol y nadie ha dicho que rolear la vida de un personaje fuera fácil.

No reflejemos nuestra curiosidad off en nuestros personajes. En el TRP tenemos la ventaja de que podemos saber dónde están en una ciudad o en cualquier parte de Azeroth. Pero vamos a centrarnos en una ciudad, qué tal ¿Ventormenta? Bien. Es posible que encontremos una reunión de alguna hermandad en alguna casa o lugar oculto y sin embargo, queremos enterarnos qué hacen. ¿Os acordamos que dijimos de ser realistas? Bien, pues esto también refleja en los rangos de chat. Vuestro personaje no podría saber qué están diciendo dentro de una casa a menos que estén gritando o vociferando. Seamos honestos, no demos por enterado al personaje todo lo que se cueza o suceda. Tu personaje seguramente ni siquiera sabría que esas personas estaban ahí reunidas, simplemente ¿qué motivos tendría tu personaje y por qué de hacerlo? No aprovechemos de buscar rol haciendo trampas, sería muy molesto y crearía conflicto.

Respetamos al personaje si está participando en una trama que le haya llevado a la otra punta del mundo. Muy común. Imaginaos que vuestro personaje no está en un foco de rol casual y esté participando en una trama en cualquier parte del mundo. Las tramas son sesiones de rol del cual todos deben estar en ese mismo punto si no todos, casi todos los participantes. Pongamos el caso de que estás tú sólo y los demás participantes de la trama no están presentes, tienes unas ganas tremendas de rolear y da la casualidad de que en X ciudad hay algún evento o hay un foco de rol interesante. Ir con el personaje que está participando en un evento al otro lado del planeta no sería lo más adecuado, sería metarrol. Tu personaje no está en esa ciudad, no hay ningún motivo por el cual deba ir a visitarlo, romperíamos el desarrollo de nuestro personaje.

Tu personaje no puede ser omnisapiente. Muchas veces se ha mencionado que el Lore es importante para apoyarnos con nuestros personajes, pero debemos ser muy cautelosos y coherentes a la hora de otorgar determinados conocimientos a nuestros personajes. Ya sea de historia, sea de magia, sea de la cosmología, sea lo que está por venir y que aún no ha vivido tu personaje. La humildad es básico y hay cosas que sería imposible que tu personaje sepa por determinadas circunstancias. Esto podría ser muy molesto y podría acarrear incomodidades a la gente con quien roleas.

Hasta ahora, creo que más o menos tenemos la idea de qué quiere decir “metarrol” o “metagaming”, seguro que hay montones de ideas que se os ocurren (especialmente los que se han iniciado en el rol) de situaciones fuera de juego. Procura evitarlas, podría llegar a ser verdaderamente molesto, y como dijimos entonces, el rol es algo social. Roleas con otras personas. Veamos la siguiente modalidad a evitar:

¿Qué es el Power-rol?

Powerrol es cuando invadimos o imponemos una acción a otro personaje. ¿Qué quiere decir? Veamos algunos ejemplos:

No puedes realizar acciones en contra de quien rolee contigo si este no tiene ninguna oportunidad para rebatirte. No puedes quitarle la vida, robarle, y poner a las claras incluso cómo reaccionaría. Ejemplo:

/e quita la vida del pequeño Timmy con un puñal y esparce las vísceras por el suelo. Se puede ver como su cuerpo agonizante sufre espasmos y la sangre mancha los adoquines de la calle.

Sería más adecuado si lo intentases. Ejemplo:

/e intenta apuñalar al pequeño Timmy.

Este intento da esa oportunidad que mencionamos y muy posiblemente tengáis que utilizar /dados para tal acción. Esto ya lo hablaremos en otros consejos.

No obligues a otros a ver a tu personaje de la manera como te gustaría que lo viesen. Es decir: No pongas que tu personaje es tan, pero tan atractivo y bello que cualquiera que la vea se quedaría mirando embobados o tiene una mirada que se enamorarían. O que la mirada de tu personaje es tan intimidante que cualquiera que lo vea le infundiría temor. Eso lo deciden las personas que rolean contigo. Si tu personaje es atractivo, deja que lo juzguen los demás y si al mirarte das miedo, también. No podemos ser los abuelos de nuestros personajes creyendo que son los mejores de los mejores por que, posiblemente quien rolee con nosotros no lo vea así.

Evita ponerte superpoderes. No te otorgues poderes o capacidades que superen la media o incluso más que los propios héroes de Warcraft; o ser inmune a ataques que otros te puedan hacer, o ser capaz de crear un elemental tan grande y enorme para arrasar toda una ciudad como intentó hacerlo Jaina, (que esta solo podía hacer tal cosa con el Iris de Enfoque y no por si sola). Le quita completamente la jugabilidad, no hace más interesante a tu personaje. El sentimiento que produce a una persona que está roleando contigo, es como si estuvieras haciendo trampas en un juego. Sé humilde. Esto lo hemos mencionado en el anterior consejo.

Evita interpretar monturas únicas e irrepetibles. Las monturas únicas tienen historia. Puede que visiblemente sean hermosas, pero tú no has matado a Arthas, ni has conseguido a Invencible, ni tampoco has conseguido la cabeza de Mimiron o dragones como Onyxia. El nombre de tu personaje no está escrito en el Lore. Bien es cierto que algunos te aconsejarán que inventes una historia que sea distinta aunque la skin sea exacta a tales monturas, pero una montura como Invencible, por ejemplo, pensando un poco en la ambientación, jamás te permitiría los guardias entrar en la ciudad con tal montura e intimidar a la población. Directamente, no te permitirían la entrada y obligar la situación se considera power-rol.

Evita interpretar armas legendarias. Como las monturas. No puedes obtener piezas de armas que tienen su historia. ¿Verdad que incluso Blizzard impide poder hacer una réplica en la transfiguración de armas legendarias? Pues trata de no interpretarlas. En Legión se nos ha dado la oportunidad de llevar por jugabilidad las legendarias de varios héroes de Warcraft y se nos ha llamado ‘Adalid’, pero todo esto ha sido por jugabilidad, nada más. El Lore siempre nos terminará diciendo quién realmente ha portado esa arma o quién ha matado determinado enemigo y no, no ha sido nuestro personaje, pues no salimos en la historia.

Habrán situaciones que viváis que os suenen a los consejos dichos aquí. Si veis esta conducta, sed educados. Pensad que tal vez esa persona también esté aprendiendo a rolear y no ha tenido la ocasión de leer estas “directrices” necesarias en un rol de entorno social para que haya respeto y comodidad. Si esa persona responde con contrariedad y falta de respeto, no discutáis. Mi consejo sería ignorar la situación, pero no os indignéis como él.

Espero haber aclarado esta parte que posiblemente algunos se pregunten, después de mencionar situaciones que posiblemente no hayáis pensado que podrían ser estas modalidades a tener en cuenta y a evitarlas.

Cualquier duda o consulta o debate que queríais hacer, tanto en esta guía como en la otra, estaré encantada de charlar con vosotros :).
Estas dos guías se han hecho con humildad y consultado con personas tanto roleras como no roleras para llegar a todo el mundo. ¡Tened muy buen rol!